“Me siento como el avión que ha
caído. Destrozada.
Me siento como el desierto que es
monótono. Aburrida.
Me siento como el piloto que está
ahí solo. Desesperada.
(…) pero también soy la flor que
ama el Principito. Soy también el Principito que quiere domesticar al zorro”
El Principito
junto con La Odisea serán referencia para Margherita en una novela en la que el
joven autor consigue reflejar la más pura adolescencia con sus anhelos, deseos
de libertad, atrevimientos y encuentros amorosos. Cosas que nadie sabe habla de
todo y de nada: la unidad familiar, la auténtica amistad, la lectura de
clásicos, la libertad, el perdón, la vida después de la muerte, la felicidad.
El amor por la
vida del dantesco profesor suplente que aprende que: “el amor no es un
aperitivo ni una cena fuera, sino una maldita cotidianeidad que se convierte en
una sorpresa diaria gracias al hecho de ser dos”, la crisis matrimonial de
Eleonora, la rebeldía y la oscuridad del desafortunado Giulio junto con la vida
probada de la abuela Teresa se entrecruzan en la vida de Margherita en su lucha
por comprender la huida de su padre. La superación de un acontecimiento inesperado
y doloroso convertirá a la protagonista en una auténtica heroína que por amor,
consigue finalmente “que la alegría de vivir la invada. Su corazón, late con fuerza,
poderoso como la resaca, al ritmo antiguo y sagrado de las cosas del mundo que
repiten el incesante y silencioso eco que la vida, como una concha, lleva en su
seno.
D´Avenia, al
igual que con su primera novela, reseñada en este blog, consigue con una
calidad literaria aceptable, recrear con éxito el escenario de esa etapa de la
vida en la que uno se pregunta cosas que nadie sabe. Si a esto le unimos la
pasión y emotividad del estilo italiano, el resultado será una novela sentimental
en la que el lector aprende, al tiempo que lo hace su protagonista, que la
madurez se conquista a través del dolor como la perla que nace en la ostra al
defenderse de los ataques.
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