11/8/13

COSAS QUE NADIE SABE

“Me siento como el avión que ha caído. Destrozada.
Me siento como el desierto que es monótono. Aburrida.
Me siento como el piloto que está ahí solo. Desesperada.
(…) pero también soy la flor que ama el Principito. Soy también el Principito que quiere domesticar al zorro”
El Principito junto con La Odisea serán referencia para Margherita en una novela en la que el joven autor consigue reflejar la más pura adolescencia con sus anhelos, deseos de libertad, atrevimientos y encuentros amorosos. Cosas que nadie sabe habla de todo y de nada: la unidad familiar, la auténtica amistad, la lectura de clásicos, la libertad, el perdón, la vida después de la muerte,  la felicidad.
El amor por la vida del dantesco profesor suplente que aprende que: “el amor no es un aperitivo ni una cena fuera, sino una maldita cotidianeidad que se convierte en una sorpresa diaria gracias al hecho de ser dos”, la crisis matrimonial de Eleonora, la rebeldía y la oscuridad del desafortunado Giulio junto con la vida probada de la abuela Teresa se entrecruzan en la vida de Margherita en su lucha por comprender la huida de su padre. La superación de un acontecimiento inesperado y doloroso convertirá a la protagonista en una auténtica heroína que por amor, consigue finalmente “que la alegría de vivir la invada. Su corazón, late con fuerza, poderoso como la resaca, al ritmo antiguo y sagrado de las cosas del mundo que repiten el incesante y silencioso eco que la vida, como una concha, lleva en su seno.
D´Avenia, al igual que con su primera novela, reseñada en este blog, consigue con una calidad literaria aceptable, recrear con éxito el escenario de esa etapa de la vida en la que uno se pregunta cosas que nadie sabe. Si a esto le unimos la pasión y emotividad del estilo italiano, el resultado será una novela sentimental en la que el lector aprende, al tiempo que lo hace su protagonista, que la madurez se conquista a través del dolor como la perla que nace en la ostra al defenderse de los ataques.

Con la tecnología de Blogger.