Una vez más
compruebo que la mejor novela es la vida misma, la que uno mismo escribe con
las decisiones que libremente toma y le convierten en protagonista, narrador o
personaje secundario de su obra. Para algunos una novela de aventuras, para
otros de terror, de ciencia ficción, romántica o simplemente realista.
La celebración
de un nuevo aniversario conduce a una de mis alumnas a preguntar para qué
"sirve" ese tipo de personas que renuncian a un proyecto elogiable y
por tanto admirado y soñado por la mayoría de los mortales por otro que para
muchos se presenta (aparentemente) frío y vacío de plenitud. A mi mente acude
el ejemplo de alguien cercano, de mi familia, cuya renuncia a ese proyecto
soñado años atrás por ella le ha proporcionado un corazón generoso, magnánimo, que
entiende que siempre hay por quien vivir, y a quien amar. En unos días cumplirá
un sueño aún mayor, un cambio de vida, país, cultura, trabajo que llevará
consigo la transformación de vida en muchas personas del mundo oriental. Una
apasionante novela de aventuras que se hace realidad gracias a una chica
"normal" consciente de ser la protagonista de su vida, de su propia
obra. Una obra que sin duda tendrá un final feliz. GRACIAS B.O.